¿Como funcionan las trampas de grasas?
Todas las trampas de grasas aprovechan la diferencia de peso específico y de densidad entre las grasas y el agua. Eso permite su flotación, con una velocidad ascensional de entre 5 y 15 m/hora. Un factor muy importante para el rendimiento de las trampas de grasas es su tiempo de retención, o sea, el tiempo de permanencia del agua residual dentro del depósito que forma la trampa de grasas. Con más tiempo de retención conseguimos un mejor rendimiento de separación. Para aumentar el rendimiento de las trampas de grasas, se suele instalar en el interior del depósito, una o más paredes de separación, para obligar el agua a un recorrido que favorezca la sedimentación del material sólido y la flotación de las grasas. También la forma del depósito, de las tuberías y el número de sus compartimentos, influyen en el rendimiento final de la trampa de grasas.
Trampas de grasas
Las trampas de grasas son equipo de tratamiento de aguas residuales que, generalmente, se utilizan para separar las grasas y los residuos sólidos procedentes de cocinas, industrias agroalimentarias o procesos de elaboración de alimentos y productos alimentarios.
Su principal finalidad es la preservación del medio ambiente, evitando vertidos de aceites y grasas en el agua, que provocarían daños a la flora y fauna de los cuerpos hídricos naturales, pero también, evitar problemas de obstrucciones en las tuberías de los desagües y en las instalaciones sanitarias en general. Su instalación resulta también indispensable, antes de cualquier sistema de tratamiento biológico de aguas residuales y es uno de los sistemas de pretratamiento que siempre se utiliza para estos tipos de plantas.
TIPOS DE TRAMPA DE GRASAS
En el mercado existen multitudes de tipologías de trampas de grasas que pueden variar de forma notable, tanto por sus materiales de fabricación, como por tecnologías, forma, dimensiones o funcionamiento. Para instalaciones bajo lavatrastos se utilizan pequeñas trampas de grasas con forma de paralelepípedo y con dimensiones adaptadas al espacio disponible. Tienen las ventajas de tener un bajo coste inicial, una instalación muy simple y un mantenimiento que puede ser realizado prácticamente por cualquier persona aún sin experiencia. Por contras, necesitan mantenimientos muy frecuentes y pueden atascarse con facilidad. Cuando los caudales de aguas son mayores y las cocinas son de grandes dimensiones, con varios fregaderos y máquinas lavatrastos, la solución más práctica y racional es la de instalar una trampa de grasas de grandes dimensiones, en grado de acumular muchas cantidades de grasas y materiales sólidos. De esta forma se evitan problemas de atascos, se alargan las operaciones de mantenimiento y se previene la formación de olores desagradables dentro de las cocinas, Estas trampas de grasas suelen tener forma cilíndrica, horizontales o verticales (las fabricadas en vitroresina) y forma rectangular (las de fabricación en concreto). Dentro de estos modelos de trampas de grasas de grandes dimensiones, tenemos también la tipología de funcionamiento con aire disuelto (DAF), de alto rendimiento, para aguas residuales muy cargadas de grasas. Estas trampas de grasas, utilizan burbujas de aire, para favorecer la flotación de las partículas de grasas más pequeñas o emulsionadas en el agua.
MATERIALES DE FABRICACIÓN DE LAS TRAMPAS DE GRASAS
Los principales materiales de fabricación de las trampas de grasas son: acero inoxidable, concreto, vitroresina (resina reforzada con tejidos de fibra de vidrio), y otros materiales plásticos, como por ejemplo polietileno o PVC.
Las trampas de grasas más interesantes por su óptima relación calidad-precio, son sin dudas, las fabricadas en vitroresina Tienen muy bajo peso y óptima resistencia mecánica, lo que les permite una gran facilidad de instalación, manipulación y mantenimiento. A diferencia de las trampas de acero inoxidable, no conducen electricidad ni temperatura y son mucho más económicas. Respecto a las trampas de grasas fabricadas en polietileno, PVC u otros materiales plásticos, son mucho más resistentes y no se ven afectadas por deformaciones debidas a altas temperaturas, o presiones físicas y mecánicas. En comparación a la fabricación con concreto, las trampas de grasas de vitroresina, tienen un peso muy inferior, que permite su fácil traslado e instalación y además no se ven afectadas por rupturas debidas a movimientos del terreno o sismos.