Los beneficios y ventajas del dióxido de cloro en tratamientos de aguas, respecto a la utilización de cloro u otros productos desinfectantes, son muchos y muy importantes. Entre ellos cabe mencionar:
- Mayor capacidad oxidante frente a bacterias, virus, esporas, algas, etc.., que consigue una gran efectividad y consecuentemente dosificar cantidades muy inferiores a las requeridas para el cloro. Esto ofrece grandes ventajas, tanto para desinfección de agua potable, como para aguas calientes de circuitos sanitarios.
- El dióxido de cloro es muy efectivo a bajas concentraciones. Resultados de laboratorio y en procesos reales, demuestran que es un bactericida excepcional, aún aplicado en muy bajas dosis (0,1 ppm)
- Tiene una eficaz acción biocida y germicida frente a muchas especies resistentes al cloro, (ferro y sulfo-bacterias, algas, legionella salmonella etc.)
- Es con diferencia, el mejor producto desinfectante para el control de la Legionella y organismos asociados. En laboratorio y en el campo se ha comprobado que el ClO2 realmente elimina y controla la Legionella.
- Acción germicida en la mitad de tiempo que el cloro, reducción de espacio y costes de los eventuales productos reactivos.
- Mayores tiempos de permanencia en la red, con mayor efectividad persistencia en tuberías de larga distribución, porqué proporciona un residuo muy duradero.
- No forma compuestos clorados, capaces de alterar las características organolépticas de las aguas tratadas, con formación de olores y sabores desagradables.
- No reacciona con sustancias orgánicas presentes en el agua y no forma trialhometanos, cloraminas ni ácidos haloacéticos (HAA), compuestos muy peligrosos y algunos hasta cancerígenos, típicos de los tratamientos con cloro.
- No reacciona con el ion amonio ni con el ion bromuro (a diferencia del ozono), evitando así la formación de compuestos orgánicos de bromo.
- Ausencia de reacción con el ion amonio eventualmente presente en las aguas que permite al dióxido de cloro de mantener sus excelentes capacidades germicidas.
- El dióxido de cloro oxida con total seguridad fenoles, cianuros, aldehídos, mercaptanos, algunos pesticidas, además de los compuestos sulfúricos reducidos.
- Es mucho menos corrosivo y agresivo respecto al cloro y a los productos químicos que se utilizan normalmente para el control de las bacterias en agua potables y de procesos.
- Elevada solubilidad en el agua, incluso a temperatura relativamente elevada, lo cual incrementa su rendimiento y disminuye los costes.
- No tiene competencia en el control, prevención y eliminación de las biopelículas y sarros (capas de microorganismos contenidos en una matriz de limo que se forma en las superficies en contacto con el agua), en tuberías y tanques de agua. Si se dosifica de forma continua y en bajo porcentaje, evita que la biopelícula pueda volver a formarse.
- Elimina además algas, amebas, hongos y moho, que son los principales elementos que proveen los medios de propagación y escondites a la bacteria de la legionella para su crecimiento, reproducción, distribución y transporte, impidiendo así posibles rebrotes bacterianos.
- Es mucho menos corrosivo y agresivo respecto al cloro y a los productos químicos que se utilizan normalmente para el control de las bacterias en agua potables y de procesos.
- Es un desinfectante químico de elevadas características. Aunque el ozono es considerado como el mejor oxidante, seguido muy cerca por el ClO2, en sistemas ya contaminados el Dióxido de cloro, es bastante superior al ozono.
- También en fases de pretratamientos de aguas potables, el dióxido de cloro, precipita de forma efectiva el hierro y el manganeso, a la vez que facilita la floculación. También elimina olores y sabores, así como los precursores de subproductos desinfectantes, como los trihalometanos (THM).
- Por último y muy relevante, el dióxido de cloro no altera las características organolépticas del agua tratada, dejando inalteradas las propiedades de la misma. Eliminación de olores y sabores, precipitación de hierro y manganeso, floculación, eliminación de trihalometanos, fenoles, cianuros, aldehídos, mercaptanos, algunos pesticidas, compuestos sulfúricos reducidos, desinfección inicial y final, etc…).
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Nuestros generadores tienen una producción estándar desde 15 gr/hora hasta 7,200 gr/hora e incorporan un exclusivo mando electrónico con software de última generación, que supervisa y controla todas las funciones de producción, dosificación y alarmas del generador de dióxido de cloro. También realizamos cualquier instalación y mantenimiento de nuestros generadores, en toda Guatemala e América central.