Principales usos para aguas potables
El dióxido de cloro es el mejor producto para tratamientos de agua, sobre todo para aguas de consumo humano En algunos de los países más avanzados de Europa y en Estados Unidos, el dióxido de cloro es el sistema de desinfección más utilizado en tratamientos de aguas potables. La mayoría de los expertos reconocen que el ClO2 es actualmente el mejor desinfectante para este sector, con considerables ventajas sobre la utilización del hipoclorito de sodio y otros productos desinfectantes. Como se puede ver, el del dióxido de cloro es un óptimo producto para potabilizar agua. Su uso ha ido en aumento, y la principal razón por la que no se ha utilizado más y que no haya sustituido completamente el cloro, es que representa un costo mayor.
El Dióxido de Cloro es utilizado en tratamientos de aguas potables como desinfectante o como oxidante. En su utilización como desinfectante, puede ser utilizado tanto en pretratamientos como en tratamientos de desinfección final.
Como oxidante se utiliza normalmente para precipitar de forma muy efectiva el hierro y el manganeso, a la vez que facilita la floculación. También suele emplearse para reducir turbidez y color, eliminar olores, sabores, algunos pesticidas, los precursores de subproductos desinfectantes, como los trialhometanos (THM) y para el control de algas.
Es muy soluble en agua y el tiempo de contacto necesario para realizar la desinfección suele ser inferior a los 10 minutos
La desinfección del agua caliente de los circuitos sanitarios, es otras de las principales aplicaciones del Dióxido de Cloro, porque garantiza la eliminación de la bacteria de la Legionella, y de todos los demás virus, bacterias y esporas, además de la limpieza de la película biológica que suele formarse en todos los circuitos de agua caliente. Se utiliza principalmente para circuitos de aguas caliente de hospitales, geriátricos, guarderías, cárceles y especialmente en todos los casos donde haya presencia de personas muy vulnerables, por sus bajas defensas.
Gracias a su menor reactividad con sustancias orgánicas presentes en el agua, la mayor selectividad en la eliminación de microorganismos perjudiciales, su excelente poder oxidante, además del amplio rango de pH con que puede realizar su desinfección, el dióxido de cloro es un óptimo desinfectante para tratamientos de potabilización de aguas de consumo humano y animal, como alternativa al uso del cloro (hipoclorito sódico). El tratamiento con dióxido de cloro permite obtener un agua de la máxima calidad microbiológica, fisicoquímica y organoléptica, libre de sustancias indeseables tales como Trialhometanos o cloraminas.
Principales usos para aguas residuales
En los tratamientos de aguas residuales, el dióxido de cloro no tiene tantas aplicaciones como para aguas potables. Aun así, sus utilizaciones más comunes son:
- Desinfección
- Eliminación de olores
- Eliminación de colores
- Optimización de los procesos de sedimentación
La utilización de dióxido de cloro en aguas residuales tiene importantes ventajas:
- Elimina los microorganismos como tal, sin convertirse en ácido hipocloroso e hipoclorito
- Ataca con preferencia a los patógenos sobre la materia orgánica
- Tiene mayor capacidad para desinfectar, aún con sólidos suspendidos y biopelicula
- No genera subproductos tóxicos
- Aunque su coste inicial sea más elevado respecto al cloro, a medio y largo plazo, resulta ser más conveniente
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