Todas las viviendas generan aguas residuales (servidas), que son la suma de las aguas grises y negras. Son consideradas aguas grises las provenientes de duchas y lavamanos, mientras que pertenecen a las aguas negras, las procedentes de los inodoros, cocinas y lavadoras. Algunas personas consideran erróneamente que las aguas procedentes de cocinas y lavadoras pueden clasificarse como aguas grises, pero, al contener materia orgánica, tienen que ser consideradas aguas negras.
Generalmente, cada persona residente en la vivienda genera aproximadamente 200 litros diarios de aguas residuales, aunque esta cantidad puede variar de forma considerable, según el país y la zona de ubicación de la vivienda. Son aguas muy contaminantes y, en caso de su vertido al terreno o a un cuerpo hídrico receptor, pueden generar graves problemas a los acuíferos y al medio ambiente en general
Los habitantes de las viviendas, que no tienen conexión al alcantarillado municipal, se encuentran con la problemática de qué hacer con estas aguas residuales. Prácticamente en todos los países del mundo, y sobre todo en los más ricos e industrializados, existe una legislación específica, que obliga a tratar estas aguas, antes de su vertido. En Europa y algunos otros países, no se pueden construir o rehabilitar viviendas en lugares desprovistos de conexión al alcantarillado, sin presentar previamente, un proyecto que incluya una planta de tratamiento, homologada y certificada. En muchos sitios, además, la escasez de agua o su elevado coste, hacen que sea muy importante su reaprovechamiento para riego u otros usos permitidos por la ley. En Guatemala, desde el 5 de mayo del año 2006, existe un reglamento sobre descargas y reusó de aguas residuales, el cual establece los parámetros de evaluación, control y seguimiento para aguas residuales y lodos.
La forma más efectiva para tratarlas aguas residuales procedentes de una vivienda es la instalación de una planta de tratamiento.
Existen muchas empresas que ofrecen diferentes modelos de plantas de tratamiento de aguas residuales para viviendas, de tipo prefabricadas, compactas y de fácil instalación. Sus materiales de fabricación suelen ser concreto, vitroresina, metal o materiales plásticos, siendo las plantas prefabricadas en vitroresina las que tienen mejores características de impermeabilidad, resistencia mecánica, bajo peso y duración en el tiempo.
Las plantas de tratamiento para viviendas que ofrecen la mayoría de las empresas en Guatemala son biodigestores anaeróbicos, que, generalmente, son simples fosas sépticas a las cuales, en el mejor caso, se le añaden materiales plásticos filtrantes. Estos sistemas son bastante obsoletos y en general no cumplen con los parámetros de vertidos exigidos por la administración pública competente. De hecho, las plantas de tratamiento anaeróbicas suelen tener rendimientos muy bajos, debido al hecho de que las bacterias anaeróbicas, son mucho más lentas respecto a las aeróbicas, en degradar y transformar la materia orgánica que contiene el agua residual. Además, la digestión anaeróbica suele formar muchos compuestos sulfúricos, que generan muy malos olores y también necesitan mucho más espacio para su implantación.
Por estos motivos aconsejamos la instalación de una planta aeróbica de lodos activados, que además de tener un rendimiento muy elevado que permite cumplir sobradamente con los parámetros requeridos por la ley, no genera malos olores y puede ser instalada muy cerca de la vivienda.
La empresa Ecodena Guatemala fabrica diferentes tipos de plantas de tratamiento aeróbicas para viviendas, de muy bajo consumo eléctrico, sin formación de malos olores y de mantenimiento simple y económico.
